En Turquía uno de los grandes atractivos son las mezquitas que conforman un número importante ya que la religión ha hecho que las mezquitas abarquen en gran parte los grandes monumentos de Estambul y toda Turquía. De entre las muchas y estupendas mezquitas hay que destacar la Mezquita Azul que curiosamente se encuentra enfrente de la Iglesia de Santa Sofía y tan sólo separadas por una zona ajardinada.
Esta mezquita destaca en primer lugar porque es la única en todo Estambul que tiene 6 alminares que son las digamos torres que se ven perfectamente en toda mezquita. Al turista le va a encantar sus exteriores ya que es toda una hermosura el poder contemplar tan bella obra. Fue construida entre los años 1603 y 1607 durante el reinado del sultán otomano Ahmet I. El nombre de azul se debe a que el exterior tiene un ligero color azulado y por eso se le puso ese nombre tan característico. En toda la construcción se utilizaron 21.043 azulejos, 260 ventanales lo que hace de esta mezquita una maravilla propia de Turquía.
El turista que vista la mezquita se queda sorprendido de lo maravilloso de su construcción, de su tamaño y de lo bien acabado que se encuentra. Es uno de esos lugares mágicos que todos quieren visitar ya que de hecho es un lugar muy turístico y al que se acercan turistas de todos los rincones del mundo y de cualquier religión ya que la belleza de esta mezquita no entiende de religiones ni culturas.
Si vienes a Estambul el visitar esta mezquita es algo casi obligado ya que además de disfrutar de su belleza si vienes en un día soleado disfrutarás más porque en su interior hay una luminosidad excelente debido a sus ventanales. No te preocupes por el precio ya que es totalmente gratis el poder visitarla aunque siempre es interesante dejar algún donativo voluntario ya que así contribuimos con su mantenimiento. Para entrar hay que cumplir ciertas normas como no entrar con pantalones cortos ni hombros al descubierto además de entrar cubiertos por un pañuelos y descalzo ya que la tradición islámica así lo indica.